No se como empezar ni como terminar, solo se que ésta locura por vos no me cabe en el corazón.
Ahora que mi rompe cabezas está completo lo puedo contemplar y admirar desde lejos, como una tormenta que se forma allá en el cielo.
Es perfecta la forma de tu boca, la tersura de tus labios, la dulzura de tus ojos y el recuerdo de tu mirada. Es perfecta la brisa que acompaña tu aroma y el sol que da vida a tu sombra.
Nada me alcanza, nada me llena. Las palabras se quedan cortas para expresarte mi amor, por eso amo tu boca, tu lengua que es capaz de crear las frases más bellas.
Tu cuerpo tiene la más fina arquitectura, dibujado por Prometeo al crear el cielo y el infierno, la Tierra y los hombres.
Nada me alcanza, nada me llena porque cuando hablo de vos la panza se me llena de flores y mariposas...
"Me basta mirarte para saber que con vos me voy a empapar el alma." Julio Cortázar.
Desde mi lugar todo se ve tan claro y tan amargo, el sol te alumbra y te abandona.
Es tan difícil arreglar lo irreparable, es tan complicado reemplazar lo irreemplazable, pero desde mi lugar lo sigo intentando a pesar de ese vacío tan repleto, tan sólido.
Mi espada pesa demasiado y el impenetrable escudo de mi corazón se volvió permeable y miserable.
Todos los sonidos,todas las luces ya no me aturden porque desde mi lugar perdí los sentidos, desde mi lugar perdí la razón de ser. Traté de tener éxito y di lo mejor olvidando lo fundamental. Desde mi lugar no hay límites ni fronteras, no hay caminos ni senderos,desde mi lugar soltaste mis manos y caí de rodillas en la inevitable realidad. Llevame otra vez atrás, al principio, acompañame en esta soledad desde mi lugar.Para Martín.
Tal vez ya estaba escrito aquel sol que cegaba mi vista, tal vez ya estaba escrita la carencia espiritual de mi alma, tal vez ya estaba destinada a caminar desnuda sobre este dolor.
El viento suspiró en mis oídos y dijo no conocerme, tal vez nunca nos conozcamos pero si nos diferenciamos. Es la esencia de su alma la que nos distancia, el tiempo creado por mi vaga mente nos distrajo, pero estaba escrito el beso vacío y el abrazo frío. Estaban escritos en las grietas de mi piel y en las venas de mi ser.
Fue triste su salida y misteriosa su desaparición.
Rosaura pasaba por uno de esos momentos en los cuales la vida nos pone entre la espada y la pared. Su ex marido, golpeador empedernido, borracho y repugnante, la obligó a perder a su bebé en una paliza sin control. Luego del aborto la mujer consiguió a fuerza de pulmón el divorcio y para comenzar de cero decidió marcharse lejos.
Desde allí la vida de la joven fue absorbida de la nada por un agujero negro.
Sentada en el último lugar del micro” costera”, saliendo de la cuidad de La Plata rumbo a Morón, el frío empañaba la ventana y la lluvia nublaba el campo verde y vacío de la Ruta. Junto a ella, un hombre de avanzada edad dormía en silencio.
Un denso sueño parecía apoderarse de Rosaura y al observar la hora advirtió que tenía unos minutos para relajar su mente y su cuerpo.
Las grises nubes de tormenta se despejaron y dejaron entrever las luces del sol otoñal. Las horas habían caído sobre las agujas de su reloj pulsera y cansada de las mismas caras y del pesado viaje, la mujer volteó su vista hacia la ventana y observó lo que sería el escenario del sórdido acto final.
Unos ojos macabros la vieron y ella los vio. La vaporosa figura se posó en el vidrio y con un grito desgarrador Rosaura alteró a los pasajeros. El anciano que estaba a su lado se despertó súbitamente y trató de calmarla pero fue inútil.
El conductor se vio obligado a detenerse cerca de la carretera, casi entrando a Morón, para asistir a la muchacha, pero en ese instante el autobús apagó sus luces repentinamente. El malestar de la gente era casi palpable. Una luz espectral comenzó a merodear alrededor del micro y golpeándolo con fuerza lo tumbó. En una carrera casi suicida, la salida del transporte se atascó por el desmedido pánico de los pasajeros. Algunos yacían inconscientes o tal vez muertos en las butacas. Muy pronto un calor abrazador comenzó a sentirse. El motor estaba a punto de explotar.
Desesperadamente Rosaura Logró recobrar el conocimiento, rompió la ventana de su respectivo asiento y escapó. Tendida en la tierra húmeda, vio como una luz benévola se acercaba y como acto del demonio el micro, de la línea 338 de la “costera”, estalló calcinando a todos los atrapados.
Horrorizada, la mujer se arrastró y trató de buscar ayuda, pero sus gritos eran muy débiles. Un espectro moribundo se arrimó a ella y observó detenidamente el sudor que corría por su rostro, el miedo en sus ojos, sus labios temblorosos y su ropa sucia por el fango.
Unos habitantes cercanos al lugar, alarmados por las llamas y la explosión, denunciaron el siniestro.
Algunos automóviles comenzaron a circular por allí y al advertirlos, Rosaura corrió a frenar alguno para que la socorriera, pero el fantasma se interpuso desorientándola y al desaparecer, la joven giró sobre si misma y un auto la embistió dejando intacto su rostro pavoroso sobre el parabrisas.
El reloj marcaba las 10:40 de la mañana. las agujas parecían retumbar en sus oídos, su espalda yacía como una enorme roca en el absurdo colchón que nada reconfortaba. Por momentos sentía que sus miembros se sacudían bruscamente al ritmo de su agitado corazón, pero estaban quietos en el angustioso silencio.
La condena de la espera empeoró. Escuchaba y veía, alucinaba fuertes miedos y la fiebre alojada en su nuca no la dejaba mover la cabeza con libertad ¡Que agonía sufría! La sangre le hervía y sentía ampollas de calor en todo su cuerpo.
Las voces la obligaron a murmurar y temblar en un frenesí casi maniático propio del delirio.
El reloj marcaba las 10:45. El castigo era eterno, salía como una llama vaporosa de su boca directo desde su vientre y sin embargo no podía articular una sola palabra. El espantoso dolor la hacía llorar, sus ojos se perdían entre las lágrimas y nada veía ¡Que agonía que sufría!
El reloj marcó una nueva hora y el veneno aún la estremecía. Un rato más tarde, sus párpados comenzaron a caer como pesadas bolsas y las agujas ya no parecían molestarle. Se había dormido quebrantándo su voluntad y quizás la fiebre había aminorado.
Lejos de la cuidad, en la casa quinta de sus abuelos, Antonieta plantó un cerezo. Fascinada por su bella y delicada flor, la entusiasmada joven decidió dedicar un poco de tiempo al abandonado jardín.
Primero apareció con tierra, luego con guantes y herramientas de jardinería, una gran capelina para protegerse del sol y por último el pequeño árbolito que apenas contaba con unas pocas hojitas. Luego del arduo trabajo de plantarlo y colocar una barrilla para que crezca erguido lo regó con cuidado.
Todos los dias durante casi toda la primavera, Antonieta cuidaba del cerecito que parecía nunca crecer.Triste la muchacha lo invadió con fertilizantes, abonos y correctores de carencias, pero nada funcionaba.
Un día gastó tanto dinero, sin ver ningún resultado, que se frustró y decidió quitarlo. Tomó una pala y trato de desenterrarlo, pero la raíz había crecido desmesurabemente. Agobiada de rabia, le arrebató sus pocas hojitas verdes y con el filo de la pala lo cortó por la mitad.
El cielo se tornó gris y se colmó de nubes, la lluvia no se hizo esperar. Aún así la joven ebria de frustración, se arrodilló y comenzó a tironear, hacia su pecho, del delgado tronquito que seguía plantado. Su fuerza descomunal llegó a tal punto que con el barro sus piernas resbalaron bruscamente y como una estaca punzante, el fino tronco se enterró en su pecho.
Dos días después su abuela la encontró muerta y atascada allí.
Que desesperante saber que uno se encuentra solo. Es una tristeza que acongoja el alma y que pareciera convertirse en un nudo en la garganta.
Nadie detrás, nadie a los costados y menos delante. Es el desamparo total, una angustia desmoralizadora de débiles y fuertes.
Y de repente llega la nostalgia, sin llamarla, que nos transporta hacia aquellos recuerdos felíces que no conocían la soledad y luego, otra vez, nos despierta la triste realidad.
Que desesperante saber que uno está solo.
Salimos de nuestras jaulas y nos hundimos en un mar de flores, sólo fue un beso
¿cómo acabamos así? Lo queríamos todo y ahora nos arrepentimos de todo, tu cabeza es un tambor que retumba en mi agonía y mientras la noche nos llama las bestias nos arrastran.
Nunca quisimos pero lo hicimos, es el precio que debemos pagar. Herederos de Caín, ya estaba escrito, amantes no correspondidos perdimos el control con la dulce droga del amor.
Creímos en la mentira de la libertad y nos rendimos a sus pies, porque es tan humano tratar de no pecar y Dios aborrece el pecado del hombre y es tan humano intentar ocultarlo...
¿Qué hacer cuando te invade la ira? ese trago amargo que quema la garganta, ¿qué hacer cuando la angustia te conquista? y tu alma llora por todos tus rincones.
No, no es como en las películas, ningún pájaro amarillo te salvará cuando el peligro aseche, ni Dios te concederá un milagro cuando más lo necesites.
La vida es sucia y sólo ves lo que quieres. Planeas lo que deseas ver, pero nunca ves lo que es.
No culpes a nadie y sigue, porque después de todo ¿ que puedes hacer?...
In a Little while from now
If I’m not feeling any less sour
I promise myself to treat myself and visit a nearby tower
And climbing to the top
Will throw myself off
In an effort to
Make it clear to who ever what it's like when you're shattered
Left standing in the lurch
At a church where people saying
"My god, that's tough,""she stood him up""no point in us remaining""
We may as well go home "as I did on my own
Alone again, naturally
To think that only yesterday
I was cheerful, bright and gay
Looking forward to who wouldn't do the role I was about to play?
But as if to knock me down
Reality came around
And without so much
As a mere touch cut me into little pieces
Leaving me to doubt
Talk about god in his mercy who if he really does exist
Why did he desert me?
In my hour of need I truly am indeed
Alone again, naturally
It seems to me that there are more hearts broken in the world that can't be mended
Left unattended what do we do?
What do we do?
Alone again, naturally
Looking back over the years and whatever else that appears
I remember I cried when my father died never wishing to hide the tears
And at sixty-five years old
My mother, god rest her soul
Couldn’t understand why the only man she had ever loved had been taken
Leaving her to start
With a heart so badly broken
Despite encouragement from me
No words were ever spoken
And when she passed away
I cried and cried all day
Alone again, naturally
Alone again, naturally
Sentados en el mismo sofá cruzamos el huracán y sin un rasguño quedó.Anoche me recosté sobre él y recordé todo lo que pasamos.
¿Por qué rendirnos ahora que las paz regresó?
Oh, sólo escuchas lo que quieres escuchar y de a poco te hundes en la profundidad.
Así que paso a paso cruzo la tormenta que nos separa, ese espacio entre los dos que una vez nos unió.
Supongo que aveces estas en Suecia y yo en Suiza, cuando despiertas a mi lado es tu espalda la que me acaricia y durante la noche miro el cielo y todos esos ojos me miran pero no logro encontrar los tuyos.
Así que paso a paso cruzo la tormenta que nos separa, ese espacio entre los dos que una vez nos unió.
Y no me rindo, no me rendiré porque si lo hago ¿Qué me quedará? ¿Este viejo sillón de los recuerdos?
Oh no te rindas ahora, no destroces mis sueños.
Oh no te rindas ahora en nuestro amor.
