miércoles, 11 de agosto de 2010

Big Sky (Jonh O'Callaghan feat Audrey Gallagher)

El vuelo del alma



Y caso extraño ¿no? De las vidas aquéllas
Y caso extraño ¿no? De las vidas aquéllas
que primero pasaron tras la cortina oscura,
ninguna aquí retorna a mostrarnos sus huellas,
para abrir nuevas rutas por entre las estrellas.
Y las revelaciones del sabio y del devoto,
que profetas ungidos en llamas difundieron
¿qué son sino consejos de un ensueño remoto,
dichos y al punto vueltos a su dormir ignoto?
Porque si el alma puede dejar su polvo turbio,
y cabalgar desnuda por los aires del cielo
¿ no es, acaso, vergüenza, no es un fatal disturbio
abitar por más tiempo en este vil suburbio?

Y éste es sólo una tienda donde un sultán reposa
mientras va de camino al reino de la muerte:
Sale el sultán ,y al punto, un hosco peón de fosa
la alza, y para otro huésped la adereza lujosa.
Y yo envié mi alma tras lo Invisible eterno,
del más allá una carta buscando descifrar;
tras una larga angustia de mi conflicto interno,
vuelve y me lee " mira: yo soy Cielo e Infierno".
Cielo es sólo visión del Deseo cumplido
y el Infierno la sombra de un alma ansia presa,
lanzada a esta tiniebla donde, apenas surgido,
el hombre ha de quedar en polvo convertido.
Y al fin no somos más que una movible fila
de fantásticas formas que vienen y van
en torno a esta Linterna del Sol, que alumbra, oscila,
y el Maestro abre y cierra cual mágica pupila.
Nosotros, piezas mudas del juego que El despliega
sobre el tablero abierto de noches y de días
aquí y allá las mueve, las une, las despega,
y una a una en la Caja, al final, las relega.
La bola nada inquiere de sí, ni no, ni modo,
y el jugador doquiera de un lado a otro corre:
pero El, que los echara en el campo de lodo,
todo de ellos lo sabe, ¡oh, todo, todo, todo!
Su índice el fallo escribe: si tu piedad impetra,
si tu ingenio exocogita, si tu fe intercede
por borrar una línea, tu voz nunca penetra;
ni tus lágrimas juntas lavarán una letra.



Omar Khayyam



viernes, 6 de agosto de 2010

El abismo de la sinceridad


Don Jorge ya era un hombre grande, estaba casi ciego, por eso siempre usaba un bastón. Era viudo y vivía en un asilo de ancianos, ya que su único hijo, AdriAñadir imagenán, no podía cuidarlo.

Adrián era gerente en una tienda de electrodomésticos, tenía dos hijas y su mujer era profesora en una escuela privada.

Su papá siempre esperaba una llamada o una visita de sus nietas o de su hijo con ansiedad, pero eso pasaba rara vez.

Una mañana Adrián lo visitó. Llegó con un diario y un paquete de caramelos.

Su padre emocionado, le preguntaba "dónde estas? Dame un abrazo". El hijo se acercó y fríamente lo saludó. Pidió permiso para sacarlo un poco al jardín y tomar aire fresco.

Se sentaron en un banco, el joven intentó darle algunos caramelos y luego comenzó a leer el diario. Todo era silencio. En el jardín sólo se encontraban ellos dos y un gorrión.

El anciano le hablaba , buscaba conversar y sentirse acompañado pero Adrián sólo le respondía con dos o tres palabras.

De repente el pajarillo , que estaba entre los arbustos , empezó a cantar y Jorge le preguntaba exaltado a su hijo, "qué es eso?" y este le respondió "un gorrión" y volteó la página del diario.

El ave volvió a cantar y su padre le hizo la misma pregunta una y otra vez. Cansado, Adrián le gritó "un gorrión".

El pajarito se asustó y salió volando de allí.

Un poco incómodo, Jorge se levantó y con su bastón se guió a la puerta de entrada a las habitaciones. Su hijo lo seguía quejándose y fastidioso hasta su recámara. Allí, el abuelo abrió su cajón, de la mesita de luz, sacó un viejo cuaderno y le pidió a Adrián que se lo leyera. Irritado, el muchacho empezó a leer.

"Martes 15 de noviembre de 1960. Adrián ya tiene 3 años, parece un sueño. Ayer fuimos a la quinta de la tía Noemi a almorzar y mientras jugaba con el nene vimos un gorrión.

El pajarito cantó y Adrián ,que se reía contento, me preguntó "qué es eso?" y yo le dije " un gorrión" y lo abrazé. Cada vez que el gorrión cantaba y el me preguntaba "qué es eso?", yo le respondía, lo abrazaba con fuerza y le decía cuanto lo amo..."

De los ojos del joven comenzaron a brotar lágrimas. Soltó el cuaderno y abrazó a su padre fuertemente. Luego lo miró a los ojos y le dijo que lo amaba y aunque el hombre no podía verlo, sabía que su hijo era sincero.